Triste realidad

En el ámbito ajedrecístico internacional los certámenes han perdido jerarquía y atracción pese a los mil intentos por innovar; hubo unos cuantos campeones mundiales que el mundo ni recuerda. Los cetros terminan disputándose a cinco minutos.

Argentina está en decadencia ajedrecística desde hace muchos años, los resultados en el Campeonato Mundial por equipos son un mero y simple ejemplo. Están muy lejanos los tres subcampeonatos mundiales de la década del ’50. También los destacados juveniles que supieron conquistar cuatro campeonatos mundiales individuales ya no tienen chance en la actualidad mundial.

Nuestra localidad no es una isla. En Dolores prácticamente no hay actividad ajedrecística.

En dos confiterías locales puede verse jugar alguna partida a ritmo rápido, generalmente de bajo nivel. Muy de vez en cuando aparecen los viejos maestros y juegan también un pingpong.

En algún barrio se juega en un taller mecánico que es casi un club. Aquí se intenta jugar algo más que un blitz. Se intenta aprender.

En el ámbito Municipal se intenta hacer algo con el aprendizaje, dictándose clases semanales en el ámbito escolar y en la propia Secretaría de Cultura.

No existe entidad rectora en vigencia. El viejo Círculo de Ajedrez carece de dirigentes, de sede, de libros de actas, de elementos de juego. Está desaparecido desde hace años.

¿Qué pasó con los elementos de juego? También desaparecieron. Un OVNI se los llevó. Mesas, sillas, relojes, juegos, tableros, libros; algunas cosas vendibles, otras comibles por las ratas.

Cuando resulta necesario viajar a alguna localidad de la región siempre se mueven los mismos dos o tres preguntando, visitando al enfermo, tironeando al haragán, solicitando un préstamo de combi municipal o colaboraciones para el combustible.

Y sin embargo el equipo dolorense ha ganado por dos temporadas consecutivas el Circuito de Ajedrez de la Cuenca del Salado, y ha participando con cierto destaque sobre los de la zona en el tradicional certamen por equipos de Necochea. Vienen participando varios jugadores veteranos aún vigentes, y algunos más nuevos, sin demasiada experiencia ni tampoco mucha juventud, pero que aportan lo suyo. Éste fenómeno también lo repiten la mayoría de los pueblos vecinos; en Chascomús, por ejemplo, hay un grupo de veteranos que se resisten y un grupo de mediana edad que quiere imponerse, los juveniles aún son muy escasos aunque intenta hacerse algo de inculcación al respecto. Cuando jugó Brandsen mostró un lote de gente experimentada, sin nombres nuevos. Sólo Las Flores y Ranchos tienen una gran escuela de enseñanza que podría dar sus frutos en poco tiempo. En Gral. Belgrano también se trata de hacer algo al respecto. En Lobos y Cañuelas, aún cuando asoman los juveniles, siguen liderando los viejos sabios. Si nos vamos más lejos, observamos que Mar del Plata jugó en el Playas de Necochea con tres equipos, todos conformados con gente que hace rato que alcanzó la mediana edad.

Muy de vez en cuando se realiza algún certamen en nuestra ciudad; colaboran en su realización dos antiguos dirigentes, prestan su tiempo, sus servicios, elementos particulares de juego : siete relojes de un lado, cinco relojes de otro, un reloj sobreviviente de tiempos idos; ocho juegos particulares para torneos por un lado, cuatro o cinco de menor calidad por el otro…

Ésta gente no cobra, sino todo lo contrario, pone de su bolsillo para intentar que la actividad no desaparezca. En el reciente VI Torneo Manuel Heredia Vidal in memorian, se tocaron otra vez todos los timbres, se solicitó colaboración, se preparó el lugar de juego, se lo calefaccionó, se prepararon las mesas, los manteles, relojes, tableros, juegos, papelería, computadora, impresora, etc. etc., lográndose –una vez más- una competencia digna, con organización elogiada por parte de todos los visitantes. Pero siempre falla algo…

Concurrieron 27 jugadores de la región, cuya presencia fue también promovida, inducida y rogada por los de siempre. Pero de nuestra ciudad sólo jugaron 5. Casi fueron más fiscales (3) que jugadores….

Todos tendrán sus razones pero así esto se sigue muriendo. Uno enfermo, el otro cansado, el otro trabaja, aquel se retira, cené mucho anoche, no me gusta el gobierno, estoy desentrenado, son muy burros los que participan, me lesioné un tobillo, yo ya no juego, etc. etc. Sólo se les ha pedido un poco de colaboración cuando se hace algo, alguito, en nuestra ciudad…

Un día de éstos se les salta la trifásica a quienes no ven eco alguno en su accionar, y chau actividad ajedrecística dolorense. Chau!